Las redes en isla son sistemas eléctricos de potenciacon un número limitado de plantas de generación y consumidores. Estas redes no disponen de una conexión sincrónica con una gran red y, por lo tanto, deben ser capaces de realizar por sí mismas todas las tareas necesarias para una operación permanente y seguro. Las microrredes, por otro lado, comparten las mismas tareas, pero además tienen la posibilidad de establecer una conexión síncrona con una red de mayor tamaño. Las redes en isla suelen crearse debido a circunstancias geográficas, que hacen que la conexión a una gran red sea demasiado costosa o incluso imposible. Las microrredes, por otro lado, sirven para aumentar la seguridad del suministro en caso de un colapso de la red principal a la que pueden conectarse.

La difícil búsqueda del equilibrio

Uno de los mayores desafíos de las rede en isla y las microrredes es equilibrar la generación y el consumo. En el pasado, los generadores diésel asumían esta tarea. Debido a la dependencia de los precios del petróleo y su suministro, así como al impacto ambiental, se buscaron alternativas. Las energías renovables son independientes del suministro de materias primas, son respetuosas con el medio ambiente y, por lo tanto, la elección lógica para las redes en isla y las microrredes. Sin embargo, los generación eléctrica basada en energías renovable es variable y su capacidad de generación máxima está sujeta a fluctuaciones naturales. Por consiguiente, es necesario elaborar estrategias que equilibren la producción y el consumo. Para ello puede ser útil un ajuste selectivo del consumo, un aumento de la capacidad de generación o un almacenamiento temporal de la energía eléctrica.

No hay (co)operación sin reglas

La generación eléctrica basada en energías renovables se conectan, a menudo, a través de inversores. Estos sistemas disponen de complejas estructuras de control que han sido programadas previamente y no dependen de respuestas físicas. Estas permiten implementar muchas funcionalidades, que se deben examinar caso por caso, ya sea en una red en isla o en una microrred, para comprobar su estabilidad y comportamiento dinámico o estático en las más diversas circunstancias operativas. Para ello se requieren modelos detallados de la red, las cargas, los generadores y los controles existentes. De esto modo, se pueden comprobar la compatibilidad y la seguridad de los diferentes componentes antes de proceder a la integración de un sistema nuevo. Durante el proceso de transición para que una microrred, que estaba conectada a una red de distribución, pase a ser una red autónoma, las tareas de control tienen que afrontar muchos retos.